martes, 16 de diciembre de 2008

...13

- Yo Alicia, ¿vienes mucho por aquí?- se notaba que estaba interesada en mis respuestas por la forma en que hacía las preguntas.
- Pues sí, la verdad es que aquí soy conocido, tú me parece que no viene mucho… ¿verdad?- yo también empezaba a tener curiosidad por ella.
- No, no mucho. ¿Tienes msn?- vaya al final me lo ha preguntado, que fuerte que algo así me este pasado a mi.
- Si, ¿me dejas tu móvil y te lo apunto?-me ofrecí ya a dárselo antes de que ella me lo pidiese.

Después de dárselo, ella se despidió y se fue, y yo me quede con Al, que parecía tan en shock por lo que me había pasado como yo. Mientras, mucha gente se acercaba a mí como si yo fuese una atracción de circo para opinar sobre mi nuevo peinado… “El súper heavy, sin su pelo largo”… ja, ja.

A los dos días de conocer a Alicia me dijo que yo le gustaba, y mientras dábamos un paseo junto a Al y una amiga suya, estos dos nos dejaron solos.
- Bueno cuéntame algo de tus gustos ¿no?- me preguntó ella con interés.
- Pues me gusta la música heavy y también el punk/rock, mi forma de vestir… es un tanto personal, me gusta el baloncesto, las series anime… y no se me ocurre nada más que decir. ¿Y los tuyos?- mi forma de responder era la normal, entre amigos, no llegué a pensar en ese momento lo que ocurriría después.

Ella respondió contándome cuáles eran sus gustos, igual que hice yo. Y mientras seguíamos paseando, ella se lanzó y me besó en una céntrica calle de la ciudad.

En ese momento me sentí confundido, paró el beso y me miró, era mi primer beso, la primera vez que besaba a una chica, me gustaba como era, pero…
De nuevo volvió a besarme, y llegó el momento en que tenía que coger el bus para irme a casa.

martes, 9 de diciembre de 2008

...12

Este año noche buena fue una noche sin nada que destacar, la cabeza volaba hacia otro lugar que no sabía de dónde lo había sacado... Mi familia no paraba de llamarme la atención, pero solo podía imaginar una música suave de fondo, y la silueta de una chica. Podía sentir lo confusa que se sentía, su preocupación, lo deshubicada que se encontraba. Quería ayudarla, pero no tenía claro si se lo estaba imaginando o era real.
Esa misma noche aunque me acosté muy tarde no podía dormir, la chica daba vueltas por mi cabeza, me daba rabia que solo pudiera ver su silueta.
Cuando me dormí tuve un sueño, era uno de los pocos que podía recordar por la mañana, no suelo recordar ninguno.
En el sueño era de noche, la luna era gigantesca, derramaba sus rayos entre las ramas de espeso bosque en el que me encontraba, todo estaba cubierto de niebla. Escuchaba un murmullo de una canción de fondo que me atraía con una fuerza indescriptible, no podía resistirme a su llamada. Corría entre los árboles, desesperado por llegar hasta el murmullo y la persona que murmuraba.
Era ella, la silueta... Su voz era mágica y cálida, me rodeaba y entraba en mí, solo sentía tranquilidad, ese era mi lugar, junto a ella. Me fui acercando poco a poco y ella se giró, sé que sonreía aunque no pudiera verla, la rodeaba la niebla, debía conseguir que no hubiera nada entre nosotros, tenía que tenerla a mi lado, saber quién era... Abrazarla y ayudarla a acabar con sus sufrimientos. Con su murmullo tan dulce iba haciendo que me acercara a ella, parecía que lo deseaba tanto como yo, podía oler su aroma suave a canela. Cada vez estaba más cerca, alargué la mano y pude acariciarle la cara, era tan suave como la seda, nunca hubiera podido imaginarla así. Al dar un paso más casi pude verla, pero desperté.

Me inundaba la rabia, había estado muy cerca, ese sueño había sido espectacular, quería volver justo a ese momento en el que casi pude abrazarla.
Empezaba a sentirme estúpido por estar así sólo por un sueño, debía ser alguna cosa inventada, tenía que serlo, no existe una chica así, es demasiado perfecta.

Un día 28 de diciembre del 2006, ocurrió algo, que aunque parezca una tontería, creo yo que fue el comienzo del gran cambio de mi vida.
Mike y Al llevaban mucho tiempo detrás de mi para que me cortase el pelo, y un día que acompañe a Al a la peluquería, lo hice.
Cambié mi pelo largo, por una melenita que me daba un aspecto más “infantil”.

Pero eso no supuso solo un cambio de imagen, desde ese momento noté en mí cosas diferentes, como si estuviesen dormidas, y que ante la presencia de un inminente cambio en mi vida se hubiesen despertado. Desde ese momento empecé a pensar, o más bien a descubrir, que no era como los demás, que había en mí algo diferente, especial…

Desde ese momento tenía la sensación de no estar nunca solo, de que en lo más profundo de mi ser, había alguien siempre conmigo, alguien que, de alguna forma, podía escucharme continuamente, saber como me sentía en cada momento; pero, ¿era eso posible?
Además de eso, descubrí que tenía una serie de cualidades que hasta ahora no había descubierto. Era capaz de predecir acciones que llevarían a cabo personas de mi entorno antes de que las hicieran.

A parte de todo eso, empecé a sentir en lo mas profundo de mi corazón una tristeza que no había sentido antes, una tristeza y una angustia que jamás había sentido, pero era algo extraño, puesto que no había motivo alguno en mi vida para sentirme así. Era un dolor agudo que no se iba, era algo constante, que no paraba de aumentar y que por más que intentaba no conseguía esquivar.

Unos días después de cortarme el pelo…
- Hola, me suenas de haberte visto en el instituto – me dijo una chica a la que nunca antes había visto, con interés de conocerme obviamente.
- Hola… pues no sé, ¿tú a que instituto vas?- pregunté porque ya tenia curiosidad, tampoco es que yo fuese muy conocido en el instituto.
- Voy al St. Jean- me respondió y puso cara de esperar con ganas que yo cayese en haberla visto o algo.
- Ostias vale, jaja, pero no me suenas de haberte visto por allí.
- Bueno… ¿Cómo te llamas?
- Yo soy Alex, ¿y tú?- vaya, esto si que es casualidad, me corto el pelo y una chica intenta ligar conmigo…

No, si al final mis primos tendrían razón y todo... (Pensé con un tono irónico para mis adentros).

domingo, 30 de noviembre de 2008

...11

Los días de clase transcurrían sin que ocurriese nada especial, bachillerato empezó algo regular, pero poco a poco fui cogiendo el nivel necesario.

Los fines de semana siempre los pasaba con el que era mi mejor amigo, mi hermano por así decirlo, Álvaro, al que todos llamábamos Al.
Este año, empecé a irme a una plaza del centro de mi ciudad con Al, donde había gente de nuestro estilo, y poco a poco fuimos cogiendo popularidad dentro del grupo de gente que la frecuentaba. Todo el mundo nos conocía y además pensaban que éramos hermanos de verdad.

Hacía poco que me había interesado por la música, me gustaba cantar y no lo hacía mal, solo me faltaba saber tocar la guitarra eléctrica, saber componer, tener un grupo... Vamos, un imposible. Aun así, el simple hecho de cantar sin un grupo también me gustaba, no me gustaba llamar la atención, con cantar en mi cuarto era más que suficiente.
Se me ocurrían muchas canciones, pero ninguna era del todo mía, siempre tenían una base de otra canción, quería componer una canción que hiciera estremecer, que llegara a lo más hondo, pero sobre todo, que tuviera un sentido especial para mi o para la persona a la que fuera dirigida. No lo iba a conseguir, no creía lo suficiente en mí mismo como para eso, no servía...

De dónde salía esa poca autoestima no lo sé, pero iba estropeando mi vida, todo era igual, creía que no valía lo suficiente y que no conseguiría lo que me propusiera. Poco a poco eso iba cambiando en determinadas facetas de mi vida, pero no cambiaba lo suficiente como para creer que podía cantar. Necesitaba el apoyo de alguien especial y esa persona no existía, no tendría ese apoyo.

Durante este trimestre, Mike y yo fuimos haciéndonos cada vez más amigos, teníamos un sentido del humor muy parecido, también tenia en común con Al el gusto por seguir y conocer a cualquier chica que se cruzase por su camino.
Lo que hacía que sin comerlo ni beberlo, me vi muchas veces conociendo chicas gracias a mis dos amiguitos.
Uno de estos días que salímos por el centro Mike y yo, tuvimos que que ir a comprar regalos, se acercaba navidad y no teníamos nada para regalar. Ir a mirar regalos era lo más aburrido del mundo, preferíamos estar en la plaza del centro con el resto de gente y no pringando de esa forma. En las tiendas había muchos grupos de chicas, sin mirar a Mike podía intuir cómo se le iban los ojos detrás de unas y otras, a ese paso no acabaríamos jamás, pero la verdad es que me divertía ver lo patético que estaba así.
- Mike tío, contrólate un poco que voy a tener que limpiar el suelo de tus babas.
- Tú no eres normal, ¿cómo puedes quedarte tan normal al ver pasar a tanta tía en falda? ¿Es qué no te interesan o que? Ni te inmutas. A ver si es que no estás en esta acerca Alex...- ese tonito de risa con que me había contestado fue suficiente para darle una colleja.
- No digas tonterías- estaba molesto por el comentario, yo tampoco veía normal eso, pero sabía que me gustaban las mujeres, solo que no había encontrado a la adecuada... ¿Qué culpa tenía yo si era un romántico sin remedio?


El primer trimestre de instituto fue así, no había nada especial, sin darme cuenta, empecé a ser conocido por mucha gente del instituto, más que nada por la influencia de mis nuevos amigos, y en la plaza a la que iba con Al también iba siendo cada vez más conocido. No es que quisiera ser popular, simplemente estaba pasando. Cuando terminó el trimestre, mis notas incluían 4 suspensos… aunque el que más me fastidiaba era el de matemáticas, ¡en este instituto no las aprueba ni dios!

lunes, 24 de noviembre de 2008

...10

Llegué a la clase y estaban pasando lista en ese momento.
Lo primero que hizo el profesor fue ponernos a correr por el pabellón de gimnasia.
Mientras corríamos escuche una conversación de un grupo de chicos que parecían ser de mi mismo estilo… y sin que nadie me dijese nada pues me metí en la conversación.

- A mi me gusta más el metal antiguo, eso del power metal y tipos así… No me van mucho- dijo uno de los chicos que había en el grupo con cierto tono irónico.
- Oye que hay muchos grupos de power metal que están muy bien tío, el de mi camiseta del otro día, Rhapsody, quizá te gustaría- dije intentando meterme en la conversación, haciendo que mi tono de voz sonara lo más enrollado posible.
- Sí bueno, pero es que a mi eso de una letra de canción que diga algo como “¡mato dragones a mordiscos!” no me va mucho- dijo mientras se reía y hacía un gesto como heróico/medieval que me hizo mucha gracia.

Todos nos reímos de ese comentario mientras seguíamos corriendo y hablando…

Cuando dejamos de correr nos presentamos.
- Por cierto, yo soy Alexander, y ¿vosotros?- dije con voz divertida.
- Yo soy Mike- dijo el chico con el que más parecía entenderme.
- y yo Frank- añadió él.

Ese mismo día empecé a ser conocido entre mis compañeros por el nombre de un jugador de baloncesto, porque jugando un partido de baloncesto en educación física, le hice un tapón a un compañero de mi clase que jugaba al baloncesto, (aunque yo también jugaba, pero lo dejé al terminar el curso anterior).

jueves, 20 de noviembre de 2008

...9

ACTO 1

1º trimestre. Alexander

- Ostias las 11:30…. ¿Y dónde tengo que irme yo ahora?- acabo de empezar 1º de bachiller en un nuevo instituto, sin conocer a nadie, y encima el primer día estoy perdido, soy la ostia.
- Oye muchacho, ¿de qué curso eres?- me dijo un profesor, que luego resulto ser mi profesor de dibujo.
- Pues soy de 1ºA de bachillerato, pero no sé a qué clase tengo que ir- respondí con vergüenza porque la situación me hacía sentir algo tonto…

El profesor me llevó a mi clase, donde entré y sentí que cada vez me hacía más pequeño, el nuevo, y además con todas las papeletas para ser “el raro”.
La primera impresión que tuve que dar fue la que da un chico con el pelo largo, pantalones vaqueros, una camiseta heavy del grupo Rhapsody, y una cadena en el pantalón…

- Siéntate donde quieras- me dijo mi nuevo tutor.

Ese primer día, o más bien horas, de clase las pasé siguiendo a mis compañeros para no perderme y conociendo a algunos profesores.

El primer día de clase, me tocaba educación física las 8 de la mañana. Como siempre llegué con la hora justa, y además, perdido de nuevo.
- Dios, el timbre ha sonado ya y yo sin saber a que clase tengo que ir… Esto es genial…- ya estaba resignado a llegar tarde así que me limité a preguntar y a andar tranquilo.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

...8

La noche acabó, y a la mañana siguiente seguía sin saber qué hacer, estaba completamente desubicada, no estaba en mi sitio ni estaba a gusto en ninguna parte... Me preocupaba sentirme así, me estaba deprimiendo, y nadie podía ayudarme porque no iban a ser capaces de entenderme. Sola, completamente sola, eso es lo que sentía.

Me dediqué todos los días hasta noche vieja a ver una serie de anime llamada “La familia crece” y a dar vueltas por el lío que era mi cabeza, lo observaba de lejos como si fuera un bicho, algo contagioso, si me acercaba los únicos hilos que me sostenían en pie como a una marioneta, se romperían.

En noche vieja pedí un único deseo: <>. Esa última noche del año solo me apetecía llorar, desahogarme todo lo que pudiera llorando, hasta que la cabeza me reventara de dolor. Pero la familia que había en casa no me lo permitía, debía aparentar felicida por todos ellos, aunque nadie se preocuparía de todas formas.
El primer día del año no fue mejor, era espantoso el sentirse sola estando rodeada de gente, daba mucho miedo, no sabía cómo solucionarlo, necesitaba tener novio y ya, seguro que la solución era esa...

domingo, 16 de noviembre de 2008

...7

Un par de días después fue Noche Buena, mentiría si digera que el día fue especial, era incluso peor que un día normal, todos andaban ocupados, no había nadie en el msn... Pero como si me hubiera oido, Will se conectó, estaba de buen humor.
- ¡Karen! ¿Qué tal?
- Bueno... Bien, pero muy aburrido – estaba más que aburrida, pero no era plan de aguarle el día.
- Me gustaría estar ahí contigo, te aseguro que no te aburrirías – se me subieron los colores y empezó a hacer calor, solo con dejar volar un poco mi imaginación me volvía loca. Por eso era algo que me tenía prohibido.
- Si ya... Jeje – ya me había quedado en blanco, en verano habíamos decidido quedar de amigos, o más bien lo decidió él, pero de vez en cuando soltaba frases así.
- Te echo de menos.
- Yo a ti también...
- Quiero abrazarte – dijo acompañado de una carita triste.
- ¡Will! ¡No digas esas cosas! – estaba empezando a agitarme seriamente.
- Bah, mejor dejar el tema.
- Si ya, tira la piedra y esconde la mano.
- Jeje.
Se desconectó.

No era capaz de entender a Will, tampoco tenía muy claro si quería entenderlo, era tan... extraño. En medio de todo ello estaba Juan, que no paraba de insinuarse según él, de broma.
Entre todos iban a volverme loca, pero no era capaz de prestarle atención solo a uno, porque cada uno tenía algo especial, aunque todos me hacían daño de una u otra forma. Adam siempre estaba conectado y ya no se conectaba, no quería pensar el motivo de su ausencia. Me daba miedo descubrir que realmente se había ido, en cuanto lo supiera lo iba a pasar muy mal, se acercaba una de las etapas más tristes de mi vida, mi época de oscuridad...
Sumida en todos estos pensamientos llegó la noche, estaba agobiada, agotada de contenerme...
Fuimos a cenar con la familia, por lo menos mi promo Rubén hizo que la noche mereciera la pena, nos reimos un montón al picarnos y gastarnos bromas, también era capaz de hablar serio si se lo proponía.
Con una broma que le gasté haciéndole cosquillas en el cogote, empezó a decirme más serio que le dejara tranquilo.
- Mira que me da igual si eres mi prima, ¿eh?
- Jajajajaja, no me lo creo – me reía de esas advertencias, ¿cómo le iba a dar igual que fuéramos primos?
Seguí soplándole en el cogote y haciéndole cosquillas.
- Mira Karen que te vas a llevar una sorpresa... – me advertía.

Y así hasta que se hartó, me cogió y en un pestañeo me tenía tirada en el sofá con él encima y el botón del pantalón desabrochado. Me quedé sin palabras, eso no podía estar pasando, si era Rubén... Mi primo... Se levantó sonriendo.
- Te dije que me dejaras tranquilo, no me importa nada que seas familia – parecía decirlo en serio, pero debía estar de broma... ¿no?

Después de eso y me quedé quieta, ni siquiera hablamos. Empecé a recordar todas las veces en las que había estado con él, como cuando me llevó a la universidad para devolver un libro, recuerdo cómo conducía, su sonrisa al verme pendiente de cómo conducía.
Al llegar dimos una vuelta por la universidad, explicándome dónde estaba todo, nunca lo había visto sonreír así... Mi primo era igual que yo, teníamos el mismo mecanismo para pensar, su carácter era algo más cerrado y quizá introvertido que el mío, muy guapo...
Ahí corté los pensamientos. Quería irme a casa, que acabara esa noche, se me estaba haciendo muy pesada.
- ¿Te pasa algo? No te habrás enfadado, ¿no? – dijo algo serio.
- Para nada, solo tengo sueño – dije todo lo alegre posible.
- Bueno, pero si yo no puedo dormir, tú tampoco – me advirtió sonriendo.

Esa sonrisa diferente que le vi cuando me llevó a la universidad debí imaginarmela, tenía que ser así.

jueves, 13 de noviembre de 2008

...6

En medio de todo ello estaba el concierto, y una gala benéfica que habría en mi instituto el día después del concierto, donde cantaría nada más y nada menos que Adam. Me ponía los pelos de punta solo pensarlo. El día del concierto, fuimos todas a hacer cola seis horas antes de que empezara. Allí merendamos y cenamos, entre vallas de hierro que separaban una fila de otra, sentadas con un kilo de ropa encima al estar en pleno diciembre. Jugamos a las cartas, nos hicimos fotos y procuramos tranquilizarnos las unas a las otras.

El concierto empezó, corrimos escaleras abajo entre risas y resbalones de mis amigas.
- ¡Miriam cuidado! ¿A quién se le ocurre venir con tacones a un
concierto?- dije entre risas nerviosas mientras corría.
Estábamos en primera fila, muy cerca del escenario. Salieron los componentes del grupo y todo el mundo chillaba en medio de saltos. La música sonó, canción tras canción iba perdiendo la voz por cantar gritando, las piernas no las sentía de tanto saltar, pero estaba siendo una experiencia espectacular que no quería que acabase.
Salimos del concierto a la 1 de la madrugada, un río de gente abarrotaba las puertas y los baños, jamás había tenido tanta gente a mi alrededor. De camino a mi casa íbamos comentando el concierto, Miriam había conseguido coger una de las toallas que habían tirado los del grupo, menuda suerte tiene la tía...

En mi casa tomé un nescafé calentito, no me sentía la garganta, estaba con la adrenalina por las nubes. Creía que no dormiría en toda la noche, pero nada más tumbarme en la cama caí rendida de puro agotamiento, había estado saltando hasta dolerme todo el cuerpo, así que era lógico estar tan cansada. No sabía cuándo, ni cómo ni con quién, pero iría a un concierto que superaría al que acababa de ir.

Al día siguiente solo tenía que ir a la gala benéfica, mi pase era a las doce, así que no tuve problemas por acostarme tarde. Iba muy contenta, pero no estaba preparada para lo que iba a presenciar, nada en el mundo me habría podido preparar, ese momento se me quedará grabado para siempre...
Se abrió el telón del pequeño escenario de mi instituto, Adam estaba justo en medio, todo de negro, con un jersey de cuello vuelto, más pálido que nunca, espectacular. Su voz era una melodía que podía tocar una fibra que no creí que existiese en mí. Cantaba mientras me miraba la mayor parte del tiempo, era cautivador, se me saltaron las lágrimas por mucho que intenté contenerlas. A pesar de llevar más de un mes queriendo que desapareciera, intuía que esto era una despedida, y no podía aguantarlo, el nudo en la garganta me aprisionaba. A pesar de todos los malos momentos por msn y en clase que me hizo pasar, sentía algo por él y me iba a costar que se fuera.

Acabó la gala y salí a dar una vuelta con los amigos, todo el tiempo estuve más seria de lo normal, me sobrepasaba la preocupación, quería que el tiempo se detuviese, no podía seguir avanzando...
- ¡Karen estás en otro mundo! – me soltó María riéndose.
- Que va... En serio... – nadie iba a entenderme, porque la situación y mi actitud en este tema era de locos. ¿Quién querría que se quedara una persona que solo da malos ratos? También es verdad que me hacía sentir algo.
Lo vi de pasar, Adam... El mundo se me vino encima, giró la cabeza y me miró de refilón, iba serio. En el fondo supe en ese momento que no iba a tener más noticias suyas, desaparecería de mi vida como tanto había deseado. Por ese tiempo ya se oían rumores de todo tipo sobre Adam, algunos de lo más dolorosos para mí, pero lo que más me dolió fue la frialdad y facilidad que tuvo para dejarme atrás, fuera de su vida. No era capaz ni de borrarlo del msn.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

...5

Por las tardes me aburría mortalmente en casa, me metía en chats y sitios por el estilo, era interesante inventarse una identidad y hablar con gente que no sabría jamás quién era yo ni nada, era como u soplo de libertad, de salir de mi vida, que me aprisionaba con mucha fuerza. En uno de estos chats conocí a un chico que creí diferente al resto y al que le di mi msn, se llamaba Juan.
Era el chico más dulce que había conocido hasta el momento, nadie había sido tan atento conmigo, en poco tiempo se convirtió en el centro de gravedad de todo, alrededor de lo que debía girar, era tal el agradecimiento que sentía por él al dar algo de luz a mi vida que no sabía lo que hacer para devolverle el favor.
Sin embargo, tenía un amigo en Barcelona llamado Will al que no le parecía nada bien mi comportamiento. Nos conocíamos desde hacía mucho, hablábamos por msn muy a menudo, me demostraba su profunda preocupación y el mal presentimiento que le daban tanto Juan como Adam. Con respecto a Adam estaba completamente de acuerdo, empezaba a quererlo lejos de mi vida, pero algo me hacía daño al pensar eso.
Comenzaba a estar algo confusa, no sabía cómo me las había apañado, pero en mi vida había tres chicos que conseguían que sintiera cosas muy intensas, diferentes con cada uno. Por Adam una atracción incomprensible, más haya de la razón y el sentido común que me decía que iba hacia el peligro y la perdición, por Juan algo de calidez que no sabía identificar, por Will mucho cariño, seguridad y protección... En cierto modo me gustaba todo esto, pero sabía que no era lo correcto. Aun así los quería cerca de todos, a mi lado, era demasiado egoista para cambiar la situación, como siempre pensé que todo se solucionaría solo, que el destino lo arreglaría todo y sería una muy buena solución. Que equivocada estaba.

Juan estaba cada vez más cariñoso, y Will más insistente, además me lanzaba indirectas sobre sus sentimientos hacia mí. Adam se mantenía al margen en ese aspecto, pero me hacñia sentir su presencia en mi vida de forma contundente y aplastante. La situación empezó a superarme, se me acabaría yendo de las manos por tonta. Quizá si Will no viviera tan lejos, si Adam no tuviera esa aura escalofriante, si Juan no fuera tan dulce... Si prestaba suficiente atención a lo que de verdad sentía, sabía con certeza que de entre todos era Will la opción que más deseaba, que la llevaba deseando desde hacía mucho tiempo, pero que no sería nunca por separarnos tantos kilómetros.

...4

Los días pasaban bajo ese manto de inquietud, era ridículo pensar que estaba en peligro, en realidad eso nunca sería así, pero a pesar de eso sentía una ligera angustia que no me dejaba vivir en paz.
En diciembre habría un concierto de un grupo que nos gustaba a varias amigas, como decidimos ir pues quedamos para ir a comprar las entradas. Hacía bastante que no salía con ellas, toda la tarde fueron risas y bromas, estábamos muy emocionadas pensando en lo alucinante que iba a ser.
Antes del concierto estaba el cumpleaños de Mónica, fuimos María, Alejandro, Sergio y Miriam. Parecíamos niños pequeños, nos pusimos a hacer el tonto en el parque infantil, tirándonos por el tobogán, haciéndonos fotos y demás. Supongo que fue por eso por que Adam desapareció de mis pensamientos por un breve espacio de tiempo, me sentía libre de su escalofriante presencia si me comportaba de forma tan infantil, lo opuesto a mi verdadero comportamiento.
Por la noche cenamos en una hamburguesería y luego tuve que volver a casa. A medida que subía los escalones del portal, empecé a sentir el peso de su inconfundible presencia haya donde yo estuviera. Todo eso era muy agotador, imposible de soportar por mucho más tiempo. Comencé a sospechar que Adam no era del todo normal, debía tener algo... Sino era inexplicable todo lo que me estaba haciendo pasar, y precisamente a mi...
En clase el ambiente entre Adam y yo se volvió tenso y pesado, él sabía que algo pasaba, quiza la que jugaba con fuego era yo y me estaba quemando, pero ya no se me permitía retirar la mano. Cada día estaba más serio y siniestro, parecía un loco peligroso o... algo bastante peor...

martes, 11 de noviembre de 2008

...3

En la clase me dedicaba a observar a Adam, lo poco de atención que me quedaba la empleaba en la clase. Mis notas se resentían, era un mal comienzo de curso, pero tenía que averiguar qué es lo que tenía Adam que me producía esa escalofriante sensación.
A partir de entonces empecé a salir menos con Mónica los fines de semana, no me apetecía salir ni nada, solo pensar, pensar en Adam y el misterio que lo rodeaba. Era muy atrayente, pero a la vez algo me decía que me alejara de él cuanto antes por mi bien.
En una clase de educación física tuvimos que tomarnos el pulso. Yo siempre tenía las pulsaciones muy por encima de lo normal al tener a Adam cerca. El profesor no se creía que ese fuera mi pulso y me lo tomó él mismo, luego me preguntó si me encontraba mal, fue un alivio que pudiera convencerlo de que me encontraba bien. Adam me miraba interrogante y lo esquivé lo mejor que pude, no me atrevía a darle explicaciones si las pedía, era ridículo.

Sin embargo esa tarde no me pude escapar por msn. Le expliqué todo y me dijo que me tranquilizara, que no quería que me pasara nada. Parecía preocupado por mi, y yo me lo creí todo...
También dijo algo que me dejó K.O:
- Me alegro de que no tengas un space con mil cosas como fotos y demás, lo tienen todas las chicas.
- Soy especial... - no comprendo como pude decir eso, los dedos escribían sin que pudiera pararme a pensar lo que decía.
- Y mucho.
Eso era lo último que pensaba leer en la pantalla. ¿Yo muy especial? Seguro que se estaba riendo de mi, ¿o no?

...2

Después de varios días igual, se volvió en su asiento hacia mi y dijo que le diera mi msn, y eso hice dividida entre la felicidad y la inquietud. Esa misma tarde hablamos por msn.
- ¿Por qué no me hablas en clase?
- Supongo que porque no sé qué decir, y no quiero hacer el ridículo. Además, me pones nerviosa - no era lo que sentía realmente, pero sí lo que más se acercaba.
- Será que te asusto con mis pintas, o eso creo, solo es una suposición.
- Vas normal, aunque siempre de negro. Es difícil asustarme. ¿Tú eres difícil de asustar? - las palabras me salían solas, teclear en una pantalla era muy fácil.
- Depende, ¿qué te asusta a ti?
- Los tíos con pintas de macarra, así muy chulos.
- Pues si te hacen algo avísame, que te defiendo - el corazón iba a salírseme del pecho, latía con mucha fuerza.
- Gracias, jeje.
- ¿No eres capaz de averiguar por qué te pongo nerviosa?
- No, pero me desconcentras mucho en clase.
- Lo siento. Si quieres me cambio - empezaba a parecerme tan dulce... No parecía un chico cualquiera.
- Que va, no pasa nada.
- ¿Entonces te gusta estar nerviosa?
- No me disgusta, ¿y a ti? - ¿de dónde había sacado el valor para decirle eso?
- ¿Te gusta jugar verdad? Cuando juego con fuego me suelo quemar...

Después des eso hablamos sobre un par de cosas más, me ofreció su ayuda con el inglés y poco más. Esa fue una noche de sueños agitados.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Untitled....1

ACTO 1

1º trimestre. Karen

Toc tock. La puerta de la clase suena, me parece lejana al estar concentrada en mi libro favorito. Es el libro que está marcando mi vida, y estoy segura de que siempre será así.
- Perdón por llegar tarde, me perdí.
Era una voz diferente, el corazón empezó a irme más rápido, sabía que era el chico nuevo. Levanté la cabeza y lo miré. Dejó de latirme el corazón, era justo el protagonista del libro que estaba leyendo, el prototipo de chico perfecto. Todo eso debía ser un extraño sueño, era imposible que estuviera pasando, y precisamente a mi.
-¡Mónica! ¿Has visto?- el codazo que recibió mi amiga fue monumental-. No me digas que no es alucinante.
-¿El qué Karen? ¿El chico nuevo? Porque si es así no me lo parece- dijo Mónica bastante decepcionada.

Y es que este chico era lo opuesto del chico perfecto de Mónica. A pesar de ser mediados de septiembre, iba todo entero vestido de negro y la camiseta de manga larga. Estaba extremadamente pálido, con ojeras pintadas y el pelo oscuro revuelto.

Se sentó a mi derecha y me miró con sus ojos verde intenso chispeante durante un momento, con muchos interrogantes pintados en su cara. No era capaz de apartar la vista de él, pero a la vez sentía algo extraño al mirarlo.
Supe su nombre solo cuando un profesor lo nombró en clase, se llamaba Adam. Su sitio estaba en la otra punta de la clase, bien lejos de mi, lejos de su influencia, pero sentía su mirada fija en mí. Casualidades de la vida, o más bien la lianta de Mónica, consiguió que Adam acabara sentado a mi derecha en todas las clases. Cada hora hacía que mi incomodidad fuera aumentando. No me atrevía a hablar, sabía que solo podría decir una tontería.
Esa noche me costó dormir, no podía concentrarme en mi libro favorito, mi mente volaba a clase, a él. Sentado de forma desenfadada, serio, pálido y muy guapo, me dejaba sin respiración. Parecía un vampiro, pero no, se le notaba la sangre correr por las venas de los brazos, casi invisibles.