miércoles, 29 de abril de 2009

...18

Tenía un aspecto irreal, desprendía un aura que inundaba todo mi ser, no sabía cómo apartar la mirada. El chico estaba muy serio, se le notaba que no le hacía mucha gracia estar en un sitio así. Hice un esfuerzo y aparté la mirada, cogí mi bolso y salí del palco en busca del salón más apartado de la fiesta, más apartado de él, quería pensar, además tenía la sensación de que él la había visto...
Sentía que un cambio se acercaba a pasos agigantados, corriendo, y lo más extraño, al mirarlo la sensación de soledad y oscuridad desapareció por un momento.
Necesitaba alejarme, estaba agitada, muy nerviosa, se acercaba algo. Estaba en una sala muy alejada de los palcos y la zona de baile, llevaba un libro en el bolso por si la cosa se ponía muy aburrida. No era capaz de concentrarme en una sola palabra, ese chico estaba demasiado cerca, necesitaba hacer que mi corazón fuera más despacio.
Viendo que leer iba a ser imposible, volví a la zona de los palcos y me metí en uno vacío. Cerré bien la puerta y no encendí las luces, la sala estaba muy iluminada, por lo que desde ella no se me podía ver. Paseé la vista por todos los grupitos que había rociados por la sala, pero no le vi, sentía ansiedad, sabía por algún motivo que no debía haberlo perdido de vista. ¿Había sido una alucinación? Apenada dejé de buscar, encontré a mis padres abajo en la pista bailando, sonaba un vals muy lento.
Bajé en busca de algo para comer, nada me apetecía o parecía comestible, pero tenía bastante hambre. Cogí un par de canapés y un vaso de pepsi, me dirigí a la mesa más alejada y escondida de la sala para cenar con toda la intimidad posible. Al poco tiempo sentí una mirada que me recorría, levanté la cabeza y miré a todos lados, si me miraban de verdad no lo sabía, pero si era así debía ser desde un palco a oscuras. Notaba como me observaban con detalle, cada pequeño gesto que hiciese, pero por alguna extraña razón eso no me inquietaba.

Poco más pasó aquella noche, solo comencé a fantasear tontamente con el chico tan misterioso que había perdido de vista.

jueves, 2 de abril de 2009

...17

El día llegó, mi madre no hacía más que quejarse de mi corte de pelo, que impedía hacer cualquier tipo de recogido, solo podía estar suelto, solo sabía decir que para llevar un vestido como el que iba a llevar, no podía llevar el pelo de cualquier manera. Aun así me lo lavé y procuré secarlo lo mejor posible, ya que lo tengo tan liso no quedaba tan mal, parecía que me había pasado las planchas. Mi madre quedó más o menos satisfecha.
Después sacó el vestido, era el vestido más asombroso que había visto jamás, y parecía hecho a mi medida. Era de un tono azul muy oscuro, casi negro, pero el reflejo era de un azul intenso, como decoración tenía pequeñas bolitas plateadas que centelleaban, haciendo parecer al vestido un cielo estrellado.
Según mis padres estaba impresionante, pero todo tiene un precio, acostumbrada a los pantalones anchos y los tenis, el vestido parecía un castigo o algo parecido.
Llegamos al teatro, el aparcamiento estaba abarrotado de coches, esto significaba que un número más que considerable esperaba dentro del teatro, prometía ser una noche complicada, cargada de comentarios de adultos que seguían pensando que soy una niña. Paciencia, solo serán unas pocas horas, solo es la noche de mi cumpleaños.
El lugar era alucinante, de estilo isabelino, gigantesco y precioso. El patio de butacas estaba vacío de ellas, en su lugar había largas mesas con manteles blancos pegadas a las paredes, con comida. En centro vacío se encontraban casi todos los invitados, dispersados en grupos hablando. El escenario vacío se había convertido en una pista de baile, vacía en ese momento y muy iluminada con luces blancas. La platea, los pisos de palcos y el paraíso estaban iluminados por luces muy suaves, por lo que quedaban un poco en penumbra, se observaban algunas siluetas con copas en la mano.
Mis padres fueron directamente hacia el centro del teatro, hacia un grupo de hombre, deducí que eran compañeros de empresa de mi padre. Saludé a todos y luego me retiré discretamente sin que mis padres se dieran cuenta, con un poco de suerte encontraria un palco vacío arriba del todo, me encerraría allí y así la noche acabaría más rápido. Pero la planta superior estaba abarrotada del todo, sin embargo en la primera planta uno de los palcos cercanos al escenario estaba vacío, me metí apresuradamente y respiré hondo. Misión cumplida, solo debía colgar un cartelito de ocupado cuando bajara a por comida y ya tendría la intimidad asegurada.
Poco me duró la intimidad, mis padres me localizaron y obligaron a sacar una vena sociable (por llamarla de algun modo), la cual no tenía ganas de salir, así que el panorama pintaba oscuro. Acabé en un palco de la primera planta con una copa con coca cola, en un grupo de mujeres, al cual ignoraba con todas mis fuerzas, dicen que los cotilleos matan neuronas, y yo debía conservarlas todas para ser escritora, ya que con esto se pierden más todavía.
Muy aburrida miré hacia abajo, mi padre estaba metido en una conversación interesante sobre la expansión de la empresa, hablaba con un hombre que no había visto jamás, pero lo que captó mi atención fue un chico que estaba al lado del compañero de mi padre, se me cortó la respiración para luego acelerarse como nunca.

¡¿Quién era ese chico?!