domingo, 30 de noviembre de 2008

...11

Los días de clase transcurrían sin que ocurriese nada especial, bachillerato empezó algo regular, pero poco a poco fui cogiendo el nivel necesario.

Los fines de semana siempre los pasaba con el que era mi mejor amigo, mi hermano por así decirlo, Álvaro, al que todos llamábamos Al.
Este año, empecé a irme a una plaza del centro de mi ciudad con Al, donde había gente de nuestro estilo, y poco a poco fuimos cogiendo popularidad dentro del grupo de gente que la frecuentaba. Todo el mundo nos conocía y además pensaban que éramos hermanos de verdad.

Hacía poco que me había interesado por la música, me gustaba cantar y no lo hacía mal, solo me faltaba saber tocar la guitarra eléctrica, saber componer, tener un grupo... Vamos, un imposible. Aun así, el simple hecho de cantar sin un grupo también me gustaba, no me gustaba llamar la atención, con cantar en mi cuarto era más que suficiente.
Se me ocurrían muchas canciones, pero ninguna era del todo mía, siempre tenían una base de otra canción, quería componer una canción que hiciera estremecer, que llegara a lo más hondo, pero sobre todo, que tuviera un sentido especial para mi o para la persona a la que fuera dirigida. No lo iba a conseguir, no creía lo suficiente en mí mismo como para eso, no servía...

De dónde salía esa poca autoestima no lo sé, pero iba estropeando mi vida, todo era igual, creía que no valía lo suficiente y que no conseguiría lo que me propusiera. Poco a poco eso iba cambiando en determinadas facetas de mi vida, pero no cambiaba lo suficiente como para creer que podía cantar. Necesitaba el apoyo de alguien especial y esa persona no existía, no tendría ese apoyo.

Durante este trimestre, Mike y yo fuimos haciéndonos cada vez más amigos, teníamos un sentido del humor muy parecido, también tenia en común con Al el gusto por seguir y conocer a cualquier chica que se cruzase por su camino.
Lo que hacía que sin comerlo ni beberlo, me vi muchas veces conociendo chicas gracias a mis dos amiguitos.
Uno de estos días que salímos por el centro Mike y yo, tuvimos que que ir a comprar regalos, se acercaba navidad y no teníamos nada para regalar. Ir a mirar regalos era lo más aburrido del mundo, preferíamos estar en la plaza del centro con el resto de gente y no pringando de esa forma. En las tiendas había muchos grupos de chicas, sin mirar a Mike podía intuir cómo se le iban los ojos detrás de unas y otras, a ese paso no acabaríamos jamás, pero la verdad es que me divertía ver lo patético que estaba así.
- Mike tío, contrólate un poco que voy a tener que limpiar el suelo de tus babas.
- Tú no eres normal, ¿cómo puedes quedarte tan normal al ver pasar a tanta tía en falda? ¿Es qué no te interesan o que? Ni te inmutas. A ver si es que no estás en esta acerca Alex...- ese tonito de risa con que me había contestado fue suficiente para darle una colleja.
- No digas tonterías- estaba molesto por el comentario, yo tampoco veía normal eso, pero sabía que me gustaban las mujeres, solo que no había encontrado a la adecuada... ¿Qué culpa tenía yo si era un romántico sin remedio?


El primer trimestre de instituto fue así, no había nada especial, sin darme cuenta, empecé a ser conocido por mucha gente del instituto, más que nada por la influencia de mis nuevos amigos, y en la plaza a la que iba con Al también iba siendo cada vez más conocido. No es que quisiera ser popular, simplemente estaba pasando. Cuando terminó el trimestre, mis notas incluían 4 suspensos… aunque el que más me fastidiaba era el de matemáticas, ¡en este instituto no las aprueba ni dios!

1 comentario:

Cintia Profesora dijo...

Wo wo que pasó el 28?? Me encanta vuestra historia, yo quiero una continuación!! A ver si publicáis otra vez hombre ¬¬'''
Chaitoooo!!^^